fbpx

¿De veras compran libros usados?

Cada historia cuenta

De veras compran libros usados

El intendente del edificio nos permitió el acceso no sin antes solicitar nuestras identificaciones, comunicarse al departamento al que nos dirigíamos y preguntarnos: ¿a qué acuden? –a comprar libros.

Hizo una mueca entre sorpresa y sorna, en cambio el guardia de seguridad que nos acompañó al elevador hasta el piso al que nos dirigíamos preguntó cuando estuvimos lejos de su compañero: ¿de veras compran libros usados?, sí, ¿en serio?, sí, ¿de todos?, sí, ah, es que a mí me gusta leer.

Nos acompañó hasta la puerta del departamento.

Cuando estuvimos de salida con dos cajas con libros, el guardia de seguridad seguía en el pasillo, -yo les ayudo, espérenme aquí. Entro al elevador y regresó con un carrito de supermercado, -úsenlo.

Contó de su afición por la lectura, mientras nos escoltaba al estacionamiento, pregunto si podía tomar un libro, tomo varios, estaba emocionado.

Ese es el efecto que causan los libros en manos de los lectores empedernidos.

Comparte
Facebook
Twitter

Ceemos que los libros usados son como un tesoro en las manos de quien los quiere leer

Por eso nos esforzamos tanto, porque también somos lectores, porque apreciamos el gesto de querer que otros aprovechen esas lecturas que nos apasionaron, que nos acompañaron en noches de desvelo, que nos llevaron a mirar el mundo de otra forma.

Cuando tu nos llamas se pone en marcha un engrane interesante, desde la oficina Marily toma la llamada y se entrevista brevemente contigo. Te hace sentir como si hablaras con alguien que conoces de años, programa tu cita y cuando termina se comunica con Gustavo quien acudirá a la cita.

El día de la visita, Gustavo llega puntual, en la camioneta en la que cargará los libros, pulcro, con su uniforme y su herramienta.

Revisará los libros, pagará por ellos y los cargará en la camioneta. Manejará el tiempo que sea necesario para llevarlos consigo a la bodega en donde Luis los recibirá.

Luis le ayudará a bajar los libros de la camioneta, los colocarán sobre bancos de trabajo y en los siguientes días con la ayuda de Alberto y de Emilio decidirán su destino.

Algunos de esos libros se irán a Ferias de libros usados, otros a librerías, algunos más con estudiantes y otros se quedarán temporalmente en los libreros de la bodega porque también nos gusta leer.

Así, hasta que todos los libros encuentren su propio destino.