Las personas no dejan de sorprenderme para bien.
En la mañana nos llamó el señor Hurtado, hace más o menos un año que le compramos unos libros. Es una persona muy agradable, menudo y bajito, siempre está sonriendo.
Da clases de lingüística, creo que está por jubilarse.
-Hola, ¿cómo han estado?, hace un año vinieron a mi casa y me compraron unos libros, un amigo se va a cambiar de casa. Tiene muchos libros de historia y me tomé la libertad de recomendarlos, ¿Siguen comprando libros verdad?…
Durante su llamada no paró ni para respirar, pero no fue incomodo, fue sincero. Contó que desde que se fue a vivir a Cuernavaca se ha sentido mejor de su presión y que le gusta el clima, a demás que con eso de las clases en línea tiene más tiempo para dedicarle a su esposa y a su segunda pasión, cocinar.
-Y cuando vengan por lo libros, pásenme a visitar muchachos, yo me he estado cuidando mucho y no salgo, les prepararé algo para que se lo lleven para el camino. A mi esposa y a mí nos dará gusto verlos.
Somos afortunados, en esto de comprar libros usados siempre nos encontramos con personas excepcionales. Gracias por recomendarnos.