Los libros eran de mi hija la mayor, Natalia, hace doce años se fue a estudiar a Canadá, ahí conoció a Lyam, se casaron y se quedó a radicar en Ontario, no ha regresado y la verdad no creo que lo haga, tiene dos hijos, me marcan cada semana por videollamada, pero no es lo mismo, yo quisiera abrazarlos. Me dijo que ya podía vender las cosas de su recámara, su ropa se la repartieron mis sobrinas, los muebles los donamos a una casa hogar de la colonia y para la biblioteca los contacté a ustedes. Leía muchas novelas de vampiros en inglés y francés, cuidaba sus libros con mucho cariño. La extraño.