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¿Las librerías van a desaparecer?

Cada historia cuenta

Las librerías van a desaparecer

Hoy me preguntaron si creo que las librerías van a desaparecer.
He intentado responder a esa pregunta de muchas formas, desde el seco “no”, pasando por el análisis de las tendencias actuales de consumo de libros electrónicos, el pesimista “sí, en definitiva” y el angustioso “no lo sé” de los que no leemos el futuro.

No tengo una respuesta definitiva, sé que las cosas cambian que a una tecnología le viene otra mejor.

Me puedo atrever a decir que lo que no cambiará es la curiosidad de los humanos por adquirir conocimiento y que el libro en cualquier formato, estructura y consolida el conocimiento de lo que se estudia, curiosidad y conocimiento consolidado son necesarios para una empresa mayor que rebasa generaciones y que ha servido y nos servirá para evolucionar como especie.

Pero creo que he vuelto a derivar la respuesta a otro sitio, ¿Qué opinas?, ¿los libros van a desaparecer?

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Ceemos que los libros usados son como un tesoro en las manos de quien los quiere leer

Por eso nos esforzamos tanto, porque también somos lectores, porque apreciamos el gesto de querer que otros aprovechen esas lecturas que nos apasionaron, que nos acompañaron en noches de desvelo, que nos llevaron a mirar el mundo de otra forma.

Cuando tu nos llamas se pone en marcha un engrane interesante, desde la oficina Marily toma la llamada y se entrevista brevemente contigo. Te hace sentir como si hablaras con alguien que conoces de años, programa tu cita y cuando termina se comunica con Gustavo quien acudirá a la cita.

El día de la visita, Gustavo llega puntual, en la camioneta en la que cargará los libros, pulcro, con su uniforme y su herramienta.

Revisará los libros, pagará por ellos y los cargará en la camioneta. Manejará el tiempo que sea necesario para llevarlos consigo a la bodega en donde Luis los recibirá.

Luis le ayudará a bajar los libros de la camioneta, los colocarán sobre bancos de trabajo y en los siguientes días con la ayuda de Alberto y de Emilio decidirán su destino.

Algunos de esos libros se irán a Ferias de libros usados, otros a librerías, algunos más con estudiantes y otros se quedarán temporalmente en los libreros de la bodega porque también nos gusta leer.

Así, hasta que todos los libros encuentren su propio destino.