Aquella fue una biblioteca impactante, fuimos a la zona de Satélite, nos atendió una señora muy amable, madura y jovial, sólo eran libros de arte de formato grande en buenas condiciones, emocionados revisamos los ejemplares, todos muy bien conservados, los vendía porque se mudaba del país, por su trabajo como curadora se trasladaba a Nueva York, le hicimos una oferta alta, ella dió una una contraoferta un poco más elevada, aceptamos, valía cada peso.
Siempre es grato visitar bibliotecas de arte.