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¿Cuántas cosas hacemos por nuestros hijos?

Cada historia cuenta

¿cuántas cosas hacemos por nuestros hijos?

Mi hija Ana estudia en línea y por las tardes toma clases de ballet -dijo la señora Dueñas mientras nos indicaba dónde estaban los los libros-, así que el plan es desmontar el estudio para poner duela y una barra.

Es la única pieza que podemos usar -continuó-, era la oficina de mi esposo y la mía, hemos pasado aquí mucho tiempo haciendo home ofice.

Al principio mi hija tomaba su clase de danza en la sala pero no es un espacio adecuado. Mi esposo y yo dejaremos el estudio, trabajaremos en el comedor y le adecuaremos esta pieza.

Mientras hablaba, su mirada se perdía, estaba pensativa y contenta.

Me gustó que me compartiera sus planes y es que, ¿cuántas cosas hacemos por nuestros hijos?

Recogimos los libros y nos retiramos con la sensación de que estábamos formando parte de algo más grande, de un gran regalo, confío en que su plan se lleve a cabo y su hija se convierta en una gran bailarina.

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Ceemos que los libros usados son como un tesoro en las manos de quien los quiere leer

Por eso nos esforzamos tanto, porque también somos lectores, porque apreciamos el gesto de querer que otros aprovechen esas lecturas que nos apasionaron, que nos acompañaron en noches de desvelo, que nos llevaron a mirar el mundo de otra forma.

Cuando tu nos llamas se pone en marcha un engrane interesante, desde la oficina Marily toma la llamada y se entrevista brevemente contigo. Te hace sentir como si hablaras con alguien que conoces de años, programa tu cita y cuando termina se comunica con Gustavo quien acudirá a la cita.

El día de la visita, Gustavo llega puntual, en la camioneta en la que cargará los libros, pulcro, con su uniforme y su herramienta.

Revisará los libros, pagará por ellos y los cargará en la camioneta. Manejará el tiempo que sea necesario para llevarlos consigo a la bodega en donde Luis los recibirá.

Luis le ayudará a bajar los libros de la camioneta, los colocarán sobre bancos de trabajo y en los siguientes días con la ayuda de Alberto y de Emilio decidirán su destino.

Algunos de esos libros se irán a Ferias de libros usados, otros a librerías, algunos más con estudiantes y otros se quedarán temporalmente en los libreros de la bodega porque también nos gusta leer.

Así, hasta que todos los libros encuentren su propio destino.