Era 2010 y yo trabajaba medio tiempo en una pequeña librería al sur de la ciudad cuando pensé por primera vez en darle un poco de sentido a mi vida.

Tuve otros trabajos antes. Trabajé en un café, fui ayudante en una carpintería, atendí una tlapalería, vendí tarjetas en un callcenter, incluso estuve un tiempo en un hotel. Eran trabajos que tomaba de medio tiempo mientras iba a la universidad, así que no les ponía mucha atención, solo eran trabajos.

Cuando entré a trabajar a la librería mi percepción sobre el trabajo cambió, llegaba a tiempo, terminaba de organizar las secciones de libros que me asignaban para luego ponerme a leer hasta que llegaba la noche. A mi jefe no le gustaba que leyera en horas de trabajo, pero mientras terminara lo que tenía asignado él miraba para otro lado.

En esa pequeña librería comencé a disfrutar de mi trabajo. Me interesaba aprender sobre autores que no había escucha nombrar, por títulos, editoriales, historias, personajes, momentos. Comencé a leer un poco y es que antes de la librería, eso de leer no era lo mío.

La vida en la librería me fue cambiando. Y puede ver que eso que me pasaba a mí, ese cambio, también le pasaba a mis compañeros en el trabajo. ¿Así que esto es lo que le hacen los libros a las personas? Genial, yo quiero vivir así.

Es el rastro más lejano que puedo recordar. Desde entonces he trabajado para hacer que mi idea de tener una buena vida se relacione estrechamente con los libros y las librerías.

Y he sido afortunado porque en el camino me he encontrado con personas que comparten ese sueño y esa satisfacción. Por eso estoy aquí y puedes contar conmigo para hacer realidad ese sueño.

– JG